martes, 11 de octubre de 2011

Espérame en Otoño ...


  Cada estación del año tiene sus seguidores, la primavera "la sangre altera"; el verano arrasa, nos trae vacaciones, la extra, buen tiempo, sin duda es la más esperada; incluso el invierno resulta encantador y atractivo para muchos con sus nevadas, su solsticio, la familiaridad en torno al hogar y el frío regenerador. Pero ... ¿y el otoño?, ¿por qué aparece siempre como la cenicienta de las estaciones?, y es que en general lo identificamos con el viento, la caída de la hoja, las lluvias, los primeros fríos (los que más se sufren), las primeras gripes, ... la vuelta al quehacer diario y monótono, es cuando l@s niñ@s sacan sus juguetes, y los trajes de baño de la mochila y ordenan allí libros cuadernos y lapiceros, las madres y padres buscan los impermeables, las botas de agua, la ropa de abrigo; mis amigos los pájaros comienzan su viaje anual, y percibimos como se alargan las noches a la vez que se acortan los días; y la salud débil corre serios peligros (...la caída de la hoja).
 Sí, es cierto, todo parece girar hacia lo negativo, lo oscuro, lo triste, lo inevitable. Pero como en el mundo debe existir la excepción para cumplir la regla, hay personas a las que nos gusta el otoño por encima de las demás estaciones, aunque sin renunciar a lo que aportan las demás, pues todas son necesarias y complementarias, ningún árbol renacerá sin despojarse de su viejo y caduco vestido, porque no habrá primavera sin la penitencia otoñal. Hay muchos aspectos que, en general, olvidamos del otoño y a mí personalmente me han encantado siempre. En mi niñez buscaba por los parques de mi ciudad aquellos montones de hojas para lanzarme sobre ellos, como un mullido colchón en el que podía desaparecer a los ojos de los demás y espiarles sin problemas; la temperatura invita a cubrir nuestro cuerpo, pero es fácil combatirla con poco esfuerzo, y se olvidan los rigores del calor contra el que hay pocos recursos; en mi tierra mediterránea la explosión de rojos, pardos, dorados, anaranjados es espectacular; ¿y qué decir de los atardeceres?, un espectáculo de lo más increíble .
                           Octubre del 2008, atardecer en el pantano del Regajo (Río Palancia)

  Y en lo que toca a la motocicleta, posiblemente sea la estación ideal, hay que cubrirse ya, pero no son necesarias grandes precauciones contra el frío, las carreteras aún no tienen hielos, los motores y neumáticos encuentran la temperatura ideal, ni demasiado frío ni calor, todo está en su sitio. En verano los grupos moteros se desintegran, las vacaciones nos llevan más hacia lo familiar o lo personal, pero en otoño vuelven las quedadas, ya no utilizamos la moto para irnos de vacaciones, quedamos para salir en moto y disfrutar de ella, ya no es una escusa, utilizarla es un objetivo. Y tenemos en estos días una de las estampas más plásticas y hermosas que puedan verse, la de levantar al paso de nuestras motos una nube de hojas secas en una curva de carretera de montaña, todo un espectáculo, es el otoño que te espera y te envuelve.

                         Octubre del 2008, atardecer en el pantano del Regajo (Río Palancia)

 Hay un color especial, leí hace tiempo que Clint Eastwood, Anthony Mann, Sidney Pollach y grandes cineastas rodaban los exteriores de sus películas en otoño por su luz más tenue y oblícua. Jeremias Johnson subió a las Rocosas en otoño y así comenzó el viaje interminable hacia su interior.  Personalmente tengo siempre en septiembre la sensación de que todo vuelve a comenzar, para mí, mi año natural comienza en otoño, influye mi profesión lo sé, pero no puedo luchar, ya es algo fisiológico en mí, nací en un instituto de enseñanzas medias (Francisco Ribalta de Castellón), mi niñez transcurrió en colegios, y mi adolescencia en internados, mi juventud fue universitaria, y cuando me integré en el mundo profesional ... de nuevo a empezar el año con el otoño, toda una vida cerrando el círculo en julio y volviéndolo a abrir en septiembre tras el el paréntesis del verano, que para mí es solo eso, un paréntesis para tomar carrerilla. En el inconsciente colectivo el otoño es la época de recolección y la de la siembra, del final y del principio de un nuevo periplo natural, y todos tenemos antepasados agricultores y ganaderos, está en nuestra genética.
 Tampoco necesito excusas para justificarme, me gusta el otoño porque sí, como me gustan las motos, el color rojo, los arroces, las mujeres de ojos azules, puedo encontrar montones de razones para ello, pero en el fondo, es algo emocional y de difícil explicación, muchas veces las cosas más difíciles de entender y explicar son las más sencillas e inmediatas a la hora de sentir, de emocionarse.

   Espérame en otoño ..., yo os espero a todos y todas allí, en los atardeceres, en el viento, en el paso de las aves, en esas hojas secas que levantan nuestras ruedas, en el lento desandar de la luz del día, en la paz de las noches que se alargan, en el sosiego que da saber que siempre podemos volver a empezar ...

miércoles, 6 de julio de 2011

Viaje a Alcañiz

Casi no se puede considerar un viaje, pues con un kilometraje de 238 Km, es una ruta en la que apenas si llegan a molestarte las posaderas, cuando la Drag empieza a funcionar fina y le pillas el aire a la carretera ... ya has llegado. Pero sin sospecharlo, se convierte en algo especial. No hace mucho hice esta ruta hasta Galbe con un puñado de buenos amigos, visitamos los dinosaurios tamaño natural, comimos en La Era, un hostal fantástico y conocimos a Morlako Cústom, sí, es sorprendente, en un pueblo de 150 almas un taller de transformación y aerografía de motos, y muy conocido por participar en los mejores show-bike, recuerdo que a la vuelta la Drag de Osarvi, se paraba y daba tirones, hasta que descubrimos que el filtro de aire tenía telarañas ... Pero aquella ruta no despertó en mí sensaciones que sí tuve este sábado.
 Ha sido especial por tres motivos: el primero acudir a una kdd Star Riders, siempre es un acierto, se apuesta sobre seguro, y no hablaré de ella, puesto que aquí toca hablar del viaje. El segundo también es apostar sobre seguro, viajar con mi tocayo Hal9000 siempre sale perfecto, llevo algunos miles de Km's hechos junto a él, y sigue siendo un honor y un privilegio; llevarlo delante supone conducir con seguridad y cierta relajación, pero relajación relativa, ¡ojo!, le gusta hacer curvas y llevar sus motos "alegres", sin grandes aceleraciones momentáneas, pero manteniendo una media más que buena, desde luego no te aburres, e insisto, en tramos de curvas agárrate al manillar, respira hondo, concéntrate y ... ¡a divertirte! Y el tercer motivo fue el inesperado, un aluvión de recuerdos de mi infancia que inmediatamente os describiré.
 A las 10:00 había quedado con Hal9000 en la Galp de Segorbe, la puntualidad exquisita, salimos camino de Teruel por  la Mudéjar, una vieja conocida y con un tramo dentro de Javilandia (hasta Sarrión, límite norte). Hicimos este primer tramo en 40 minutos, repostamos en Teruel, ...un Aquarius, un cigarrito y a pillar la N-420 y desvío hacia Alcañiz. Las primeras curvas a la altura de Tortajada y Villalba Baja, con descensos divertidos y curvas enlazadas ... a rascar plataformas, estos Metzeler son lo mejor que he llevado en mi Drag, nunca fuerzas el manillar, entra sola en la curva y si vas rápido se acuesta muy suave en la trazada, una delicia; el paisaje, igual que casi todo el camino, espectacular, las hoces frondosas y las choperas del Alfambra te acompañan junto a los buitres, águilas y torcaces muy abundantes (hay una reserva ornitológica en Galbe, creo). Y de pronto, al entrar en una hondonada un perfume a flores realmente embriagador y penetrante, racimos amarillos de genista bordean la carretera y recuerdo súbitamente las palabras de mi padre:
-Fíjate Javier, en esta tierra huele a miel, es un sitio perfecto para las colmenas...
Sí, yo era un niño que viajaba entre el depósito y mi padre en su Iso biclíndrica agarrado al centro del manillar viendo pasar el asfalto o la tierra bajo la rueda delantera, trajimos las colmenas tres años a Perales de Alfambra, mi padre era maestro, y en los 60, con seis hijos, era imprescindible el pluriempleo; nunca sentí en aquellos años aquel "olor a miel", pero ahora lo sentía de una forma brutal y volvía a ser aquel niño que su padre hacía viajar en moto en aventuras inigualables para cazar o dedicarse a la apicultura en rincones maravillosos y casi vírgenes. Recordé los viajes, saliendo de casa al amanecer hacia Teruel, y lo que disfrutaba pescando cangrejos en el río Alfambra y observando la fauna de aquellas choperas de un verde sobrecogedor, como una gran cicatriz serpenteando en la roja y desolada estepa turolense, un paraíso para un niño inquieto y fantasioso, me llevaba agua, la comida y el almuerzo y esperaba a la tarde para oir a lo lejos la llamada de mi padre para volver hacia la Iso y hacia casa, ... la aventura continuaba, Escandón, Albentosa, El Ragudo, y hasta que bajábamos de la moto. Tuve un padre que me hizo cómplice de sus constantes correrías, que me enseñó a mirar el campo y los animales con una mirada muy especial, era un espíritu inquieto y aventurero, improvisaba como nadie, los medios eran pocos ..., y camino de Alcañiz volví a sentirlo junto a mí hasta hacerme un nudo en la garganta, porque no me dejó aquel triste domingo de junio, no me dejó, sigue en mi corazón y estará siempre, es hacer justicia a quien te ha dado una infancia feliz.

                       Motocicleta ISO, prácticamente igual a la de mi padre

 Y pasado el orgasmo de nostalgia, Hal9000 en la lejanía comenzaba a bajar el ritmo, y rápidamente me puse a cuatro metros escasos para indicarle que seguía allí y que volviera a "arrear", con él no hace falta más, nos entendemos bien. Alfambra, Perales, el puerto del Esquinazo, y ya en la N-211,Montalbán, y el puerto de Las Traviesas, donde dejamos el paisaje típico turolense y entramos en la comarca de bombos y tambores, más mediterránea, con olivos, almendros, melocotoneros (!como no!, los de Calanda entran dos en media docena por su tamaño), repostar en Alcorisa y casi sin darnos cuenta estábamos en Alcañiz ...
-¡Anval, estamos en la entrada!
-Decidme dónde, que voy para allá, ya estamos todos y esperándoos para ir a comer.
Y la vuelta, muy parecida, pero no igual, algo más rápida, huyendo de las tormentas (no pudieron con nosotros, corríamos más que ellas) y con mi tocayo disfrutando de las curvas con los nuevos reglajes de amortiguación para la CBF que le había indicado Aristu, y yo dejando caer la Drag por esas subidas y bajadas preciosas de curvas enlazadas. Ya me lo había dicho Anwer: "Para saber las curvas que tiene esa carretera hay que hacerla de noche ..., parece que nunca se acaban"

Tributo a Alberto Salvia.
                                                           Paraje del río Alfambra
                                   

martes, 17 de mayo de 2011

Cabeza de hormiga

Es un nombre exótico para una moto, pero era el nombre con el que popularmente se la conocía. Investigué algo sobre eso, y oficialmente, parece ser que el Sr. Simeón Rabasa, nunca le puso ese nombre, pues recuerdo que en la documentación figuraba ... "modelo: 125 Súper", pero si querías hacerte entender sobre tu moto debías dar el nombre más conocido. Solo es necesario observar la moto para darse cuenta de dicho nombre, un faro carenado con la orquilla y el manillar saliendo de él como si de dos antenas se tratara; aparte de ello, la moto era muy robusta, de plancha de hierro en todos sus elementos, con un motor de 125 cc y calculo que unos 4 o 5 caballos, y tres marchas, en llano y a tope alcanzabas unos 80 Km/h, ... y frenabas como podías, pues los tambores de freno eran bastante reducidos. Pero me gustaba, por su aspecto estilizado y retro, por ser una moto de tamaño considerable, pero sobre todo por el aspecto que le daba aquel faro enorme y su bellísimo depósito en forma de lágrima, y para mis trece años, sus posibilidades eran más que suficientes para mí.


 Pero vamos a la historia de cómo llegó a mis manos. En el verano de 1970, mis notas en el "Certificado de Estudios Primarios", con el que finalizaba la educación primaria, habían sido de lo mejor de mi colegio, (Serrano Súñer de Castellón), a mi hermano le habían comprado el verano anterior una hermosa bicicleta plegable BH por sus buenas notas, y en mi cabeza se formó la idea de que era mi momento. Sin decir nada a nadie empecé a deambular por los talleres que conocía en Segorbe, Germán y Castillo, dónde ya me conocían por mis visitas, me encantaba el ronroneo de las motos, el olor a gasolina y acariciarlas, eran entonces muy abundantes para el español de a pié; pero cuando preguntaba precios de las que tenían en venta de segunda mano, las oscilaciones entre 3.000 y 5.000 pesetas me parecían inalcanzables para la economía familiar, y astronómicas para mis ingresos fijos semanales de 25 pesetas. Un buen día, cansado de mis visitas, Paco, mecánico de Casa Castillo, marido de Julia Castillo, me preguntó:
-¿Pero tú quieres comprarte una moto? ¿tu padre lo sabe? ...
Le contesté que no, que primero debía tener algo que decirle. Sin mediar palabra me llevó con él a un enorme desguace que tenía en el huerto de atrás del taller, retiró un plástico que cubría la Derbi y me dijo que la vendía por 1.300 pesetas. Mi primera impresión fue de desconcierto, pues a la moto le faltaban muchas piezas, el carburador, el volante magnético, casi todos los cableados, la bobina de baja y la pipa de bujía, las manetas, la bombilla de faro, y además, su aspecto era descorazonador, muy oxidada y llena de desconchados. Pregunté:
-¡Pero esto es una ruina, y le faltan las piezas más importantes ...!
-Cierto, respondió Paco, ... pero aquí hay piezas de sobra para que encuentres las que faltan, y eso entra en el trato, las buscas y te las montas tú, y me comprometo a darte las indicaciones necesarias, es muy fácil.
No dijo más y subió al taller, dejándome frente a aquella reliquia de los años 50, ya anticuada en aquellos días.
 Subí y le dije con decisión:
-¿ Mil pesetas ...?
-Vale, ... pero habla con tu padre, no quiero líos.
Y salí disparado para hablar con él; le expliqué con todo detalle la operación, se quedó pensativo y me dijo:
-Esta noche te contesto, déjame pensarlo bien.
Cuando llegó la noche, mi padre me llamó aparte, se puso serio y me dijo: (nunca lo olvidaré)
- Mira Javier, yo nunca te compraré una moto, pero ésta que quieres te la comprarás tú. Mañana a las ocho comienzas a trabajar en la obra (construcción) hasta que te ganes lo que vale; ya he hablado con tu tío Luis y está de acuerdo. Y otra cosa ... tu madre no debe saberlo, oficialmente la moto me la compraré yo, aunque seas tú el que la lleve.
Y así fue como pude comprar aquella moto y fuí consciente de lo tremendamente duro que era el trabajo en la construcción, y lo que les esperaba a mis compañeros (la mayoría) de clase que no iban a continuar con el Bachillerato. Con el dinero en la cartera de mi padre comencé buscar piezas para mi Derbi en aquel desguace hortícola, en donde frecuentemente me topaba con fauna de toda especie al mover las piezas y motos, pero poco a poco iban saliendo, pues la mayoría de piezas de las motos españolas de la época tenían elementos comunes a todas ellas y eran perfectamente intercambiables, platinos, bobinas, condensador y volantes Motoplat, carburadores dell'Orto de cuba lateral y chiclé de 16 o 18, manetas de baquelita que se rompían solo con mirarlas, y en apenas dos semanas, tuve todo listo, limpio y montado para que Paco hiciera en apenas media hora la puesta a punto, de encendido y carburación. Y arrancó la Derbi, y la llevé a casa, en donde me encontré con indiferencia total por parte de mis hermanas y hermano, y donde mi padre se apresuró a desmontarla casi en su totalidad para pintarla de un bonito color negro con detalles en rojo bermellón, sabía de mecánica (era un ex-motorista) y tenía una mano para pintar excelente.
Y así fue como comencé a rodar com mi primera moto, a hacer mis pinitos en mecánica, a recorrer mi pueblo de veraneo a más velocidad de la que debía, ... y claro, a tener mi primer accidente de consideración del cual aún luzco una bonita cicatriz en mi mentón, y que me recuerda cuando me afeito como entré como un vendaval en casa de Pilar la Hebra reventando la puerta de aluminio y dejando un charco de sangre en el pasillo de su casa mientras mis amigos me llevaban  medio inconsciente a urgencias.
Con ella tuve mi primer nick motero, la "hormiga atómica", y me granjee fama de temerario y gamberro. Pero fue mi primera moto, y con ella aprendí más que con ninguna otra de las que he tenido, pues nunca se siente nada en la vida como la primera vez ...

miércoles, 16 de marzo de 2011

Las Motos y el Psicoanálisis

LA MOTOCICLETA, UN SUEÑO A REALIZAR
No hace mucho tiempo, una tarde de un día de los normales, mi chica y yo teníamos planeado para esta tarde tras el trabajo salir, tomar algo en el pequeño y agradable café de un par de amigos , de paso cortarme yo el pelo en la vecina peluquería de "Rafa dos-Harleys" (nick que ha merecido por su empeño en vender su 883 a buen precio al comprarse una S.1200 y convivir con sus dos motos casi dos años ...) pero al llegar a casa tras el trabajo, estaba medio destruído y mi chica, que es muy observadora, decidió postponer el tema. Debo decir en este punto que ella tenía unos días de vacaciones de la empresa, de éstos que te dan cuando ni los quieres ni los puedes disfrutar, pero los tomas o los pierdes. La cuestión es que estuvimos disfrutando de esos placeres sencillos pero excelentes, arrebujados en el sofá, una pastilla de chocolate, unos cafés, una palmera de mantequilla y ojaldre, y una pelí ... casi nada, el paraíso.
 La peli en cuestión no era muy allá, pero me llamó la atención un aspecto del guión que he visto muchas veces y aparece siempre de vez en cuando en películas, libros, biografías e historias reales. Al protagonista le ocurren una serie de situaciones en las que su mundo tranquilo y controlado se le desmorona, decide hacer todo aquello que siempre deseó y como no, entre otras cosas ... ¡se compra una moto de gran cilindrada! Y aquí llegamos a la cuestión, porque llevo muchos años viendo como el sueño irrealizado de tener y rodar con una moto, libre, a tu aire y perderte, parece ser una constante entre las quimeras de muchas personas (generalmente hombres), seguro que lo vemos muchas veces y quizá no reparemos en ello, pero es así; en nuestro mundo esta ilusión es equiparable a tener la pareja 10, la isla desierta, la casa en la naturaleza, el bote de la primitiva y cosas así. Y es muy frecuente, nos ha pasado a much@s de nosotr@s con el/la vecin@, el/la amig@ o compañero de trabajo ... -" ¡Qué pedazo de moto tienes colega!, ... ya me gustaría a mí, pero es una locura". Y es que para la mayoría de personas es una locura, no ya por el tema económico, sino por el ético, no es de gente "bien", correcta y organizada ir por ahí tras un manillar. De hecho, la ciencia tiene una explicación que juzgo muy correcta,  lo pude comprobar hace poco en otro bloq motero:   

 -"Tanto en sueños como en la vida real, una moto es el vehículo de la juventud por su autonomía y potencia que incluso le permite subir por escarpados caminos de montaña, prescindir de los mismos, o viajar por carreteras infinitas.
En su interpretación a la luz del psicoanálisis, los sueños de motos tienen un significado parecido al de soñar con bicicletas o coches, pero en este caso se añade una mayor peligrosidad, alegría y gusto por la aventura, típicas de la juventud, así como las frecuentes competiciones, viajes, y escapadas que se realizan en los sueños, incluso con la propia pareja (BLOQ 100x100 MOTO)"
Para mí queda claro que en el subconsciente de mucha gente la moto es todo un símbolo y un arquetipo inconsciente.
Quizá para nosotr@s, l@s que vivimos la moto, ya no signifique lo mismo, porque sé de muchísim@s que, después de conseguir tener una moto, han "arriado velas" rápidamente tras irse al suelo, pasar un rato demasiado largo de frío intenso o calor extremo, llevarse un buen susto o quedarse "tirado" y desamparado en una carretera apartada. Muchos llevamos nuestras cicatrices hechas por la moto, en el cuerpo, en el alma, en el recuerdo ..., hemos pasado penalidades, hemos maldecido aquel hierro que nos reventaba el viaje o el plan por una avería inoportuna, y soportamos como podemos ese extra en nuestro ya apretado presupuesto por esta afición, ... y seguimos aquí, emocionándonos como el 1er. día cada vez que salimos con ella y con quién siente como nosotr@s, o al cuidarla o añadirle cualquier cosa que pensamos que le faltaba, para nosotr@s ha dejado de ser una quimera, es parte de nuestra realidad cotidiana.
 Este año en Tordesillas (Motauros), en torno a la hoguera familiar y confortable, comentaba con dos viejos compañeros con los que compartía koncentra (en las koncentras también se habla de cosas interesantes) que esto de las motos, como todo en la vida, va por rachas, porque veo que es así incluso para los más fanátic@s, entre l@s que no me incluyo; hoy, y desde hace casi 20 años, con mi Virago y la Drag, disfruto de una racha motera excelente, pero no siempre ha sido así, pese a tener moto en otras épocas. Cuando nació mi primer hijo, pensé que la moto ya no era compatible con la nueva realidad que reclamaba mi tiempo, ... y daba perfectamente el perfil del papá joven que junto a su esposa y de la mano de su pequeño, miraba con nostalgia y resignación cada moto que pasaba junto a mí; (aún hoy sonrío cuando desde mi moto observo esta escena) , vendí mi MV Agusta y me resigné a mi elección. Pero aquello duró un paréntesis de cinco años, celebré el nacimiento de mi segundo hijo con la compra de mi Virago, y por primera vez estrené moto, igual que la de la ilustración.


 Mañana no sé si la vida permitirá, por mucha voluntad que tenga en ello, que siga con esta afición, o quizá sufra un paréntesis, no lo sé; pero hoy sigo dispuesto a ello. No es ya mi caso el de realizar un sueño alojado en mi inconsciente, es continuar aferrado a esa autonomía, a esa alegría, a la aventura, ... y a esa juventud perenne que nos demuestra la ciencia y el psicoanálisis.
 Reflexiona si lees ésto, ¿es ese tu caso? si lo es no quiero desanimarte, al contrario, pretendo compartir contigo mi locura, pero plantéate con calma alguna vez hasta dónde estás dispuesto a seguir o a empezar con esta afición ... de locos para un@s cuant@s, y de corta experiencia o ilusión sin realizar para much@s igualmente.

martes, 8 de marzo de 2011

Predicar seguridad, rezar estadísticas.


Y ahora hasta 110 ...
 No dejamos de oir, últimamente, lo "finos" que se están poniendo los de la DGT, con el tema de los radares, fijos, escaqueados, móbiles, en la portezuela de un coche, en los paneles de aviso ... ¿y las multas?, casi nada, que si han quitado los márgenes de error, retiradas de carnet, hasta penas de cárcel, ITV's esperpénticos, y ... mejor no sigo, pero el panorama es triste; en España el descenso de demanda de gasolina y gas-oil es notable; la crisis cuenta y mucho, pero yo creo que la represión como forma de educar y prevenir en materia de tráfico, también nos aparca más de la cuenta. Y el colmo de las excusas es volver a bajar los márgenes de velocidad con el sufrido pretexto del ahorro, en el contexto de una crisis que parece ser el pretexto ineludible de tanto empobrecimiento. Y las estadísticas confirman el buen hacer de nuestros gobernantes, lo dicen l@s aleman@s: "Hay grandes mentiras y estadísticas"
  

Siempre he unido moto y libertad, salir a rodar siempre ha sido sentirte libre, sueltas la presión, es un soplo de aire fresco, relajas la mente. Era (y subrayo lo de "era") para mí una norma no mirar relojes ni velocímetros, solo la carretera y el horizonte. Pero al paso que vamos, me paso más tiempo al quite de los 110 Km/h. que otra cosa; cuando la Drag va realmente fina y deja de hormiguear ... ¡vas a 140!, es su velocidad ideal de crucero, pero en el cambio de rasante está Pere Navarro con sudario y guadaña para joderte la mañana, la semana o el mes entero. Y ya no es lo mísmo, no consigo relajarme, tengo pesadillas pensando en que la bolsa de depósito me tapa el reloj y me calzan a 115Km./h., voy mirando como crecen radares controles, avisos, al mismo ritmo que crecen los guardaraíles en toda carretera que se estrena. En las kdd's no se para de hablar, de dónde está tal o cual radar, o si a fulano ya no le quedan puntos. Y es triste, esa sensación de libertad no la he perdido, pero me la han reducido al mínimo, me siento vigilado, controlado, observado y con el hacha en el cuello lista a caer. Se suele coincidir en que la libertad es la posibilidad de elegir, y en este país cada vez quedan menos elecciones cuando sales de viaje o a rodar un rato. Y lo que nos ocurre en el tráfico, está ocurriendo en todo, se nos está privando constantemente de libertades, de posibilidades ... y a cambio se construyen verdaderos monumentos a la demagogia para disfrazar como se nos está desplumando y empobreciendo constantemente, cada vez hay menos margen entre nuestros ingresos y contibuciones al erario público de este país sobredimensionado en administración, tanto como clientelas políticas genera nuestra "democracia"; tantas limitaciones y normativas tienen un fin claro: "recaudar"
  

Pero no perdamos la esperanza, quedan carreteras de montaña o casi desiertas donde miras dos curvas más allá, a ver que te llega, y consigues olvidarte del velocímetro, y recuperas la atención por el feeling de tu moto, el estado del piso, como canta ..., si hace frío, si huele bien. Y te vuelves a sentir relajado, los brazos vuelven a caer sueltos y el ánimo también. Pero quedan pocas, cada vez menos, y sin cobertura en el móbil; y lo que es peor, ... ¿hasta cuándo?, la tecnología que nos ha dado unas motos cada vez más fiables y completas, también puede conseguir que no se escape ni un rincón del mapa a los ojos inquisidore s de esta nueva generación de represores que predican la seguridad y rezan estadísticas, liberados de toda crítica, pues parece ser que las urnas dan patente de corso para legislar ... o practicar el deporte favorito de nuestra clase política, la corrupción.
 ¿Os ocurre a algun@ algo así? ¿Soy yo el raro? ...

lunes, 7 de marzo de 2011

Don Manuel

 En mi vida, estoy seguro que debo mi afición a tres personas. Mi padre, que me subía a su Iso bicilíndrica entre el depósito y él, cuando ni siquiera llegaba a los reposapiés, y recorría Km's y Km's de las carreteras de Castellón y Teruel (de los 60), de día y de noche, con frío y calor, y frecuenteme nte con averías que siempre resolvía (algún día hablaré de él en este bloc, cuando encuentre las palabras adecuadas, que aún no tengo). Mi padrino Carlos, que venía a visitarme desde Orpesa impecableme nte vestido de cuero con su impresionan te Sanglash 350 totalmente negra y superequipa da, parabrís, alforjas, defensas... Y Manolo Sifre, sobre el que quiero hablar hoy.
 Manolo apareció por Castellón desde su pueblo de la sierra para abrirse camino en la vida y cumplir su sueño; fue alumno y amigo de mi padre, durante años, carrera, oposiciones, licenciatur a. Y siempre compartiend o una de sus aficiónes comunes, la moto. Mis primeros recuerdos son de una impecable Ducati 125 Ts, azul y plata, que sonaba como un reloj suizo, y siempre perfecta, más tarde una Ducati 250 de Luxe, una Road 350, era un "ducatista" convencido y fiel como nadie. 

 Cuando en los 70 se pillaron coche todos los que, por necesidad, habían llevado moto, él, siguió fiel a su afición y a sus máquinas, y todos los veranos, TODOS, encontraba un día para coger su moto, visitar y charlar con su maestro. En una de esas visitas, cuando salí para ver su Ducati, era una Ducati, pero ¡una increíble 750 GT!, situaos a mediados los 70, ... aquello era un sueño, y más cuando me dijo: 
-"¡Cógela y sal a carretera con ella!, que ya tienes carnet"
¡Menuda tarde pasé!, compararla con mi Bultaco era pecado, muchos Cv's, freno de disco, arranque eléctrico, bicilíndrica y 750 cc. y enorme y compacta ... casi nada; os aseguro que fue una de mis mejores tardes, una tarde que nunca olvidaré.

 En el verano del 2009, volvió como siempre, pero se encontró con la sorpresa de que su maestro, ya no estaba; mi madre me llamó a casa, cogí la Drag y me fuí a verlo al momento. Después de charlar sobre lo inevitable, se subió en mi 1100, la tanteó, la cubrió de halagos y virtudes y me felicitó. Me dijo que seguía con la afición, tenía una Suzuki 400 mono en Castellón, y una Yamaha XT para cuando subía al pueblo ... disfrutaba de su jubilación, y me habló de los "pepinos" RR de sus hijos. Cuando ya nos despedimos, se volvió hacia mí y me dejó helado: 

-"Javi, ¿quieres la 750?, te la regalo, ya no la llevo, y funciona, mis hijos no la quieren, y tú tienes afición y te conozco de siempre. ¡Anda, baja a Castellón a por ella y para tí...! Te aseguro que no se la daría a nadie"
 

 No le respondí, si traigo otra moto a casa, aunque sea esa joya clásica, tendré que pillar la tienda de campaña para dormir, seguro. Pero gracias Manolo, para mí siempre DON MANUEL.
(En este relato no hay nada de fantástico, todo es real 100%)

domingo, 6 de marzo de 2011

Toño - Algunos días son de piedra

Some Days are Diamonds (Some days are Stone) - Toño

Algunos días que estás cansado de estar solo
algunos corazones son diamantes
...y algunos corazones son de piedra.

Ilusiones de amor
que vienen y encuentras.
Confía en tu corazón
tal vez su amor crecerá,
lágrimas silenciosas llenas de orgullo

No puedes correr y esconderte.
Tu necesitas amor como yo.

 Solo se me ocurre hablar de Toño comparándolo con una historia de amor, porque conozco muy pocos con un amor tan grande a algo o a álguien, se enamoró de la moto como un flechazo fulminante y certero, todo fue un torrente incontenible para él desde el día en que decidió comprarse una moto, y como dice la canción de Cris Norman, cantada magistralmente por John Denver, tuvo con su amor muchos días de diamante, y alguno de auténtica roca, siempre esperaba que su amor le correspondiera, y las motos se lo llevaron en un torbellino de sensaciones constantes que le impedían saborear los buenos momentos lo suficiente para saciarle e impedir plantearse nuevas metas y mayores en su mente y su corazón apenas rodaba para volver a casa. Su amante le correspondió de una forma total, pero con demasiada fueza, acaparando todo, ... absolutamente todo.

Llevé a mi chica como muchos sábados al trabajo, pero aquella mañana junto a la acera había una flamante Harley Davidson Softail, bajé del coche y le hice una inspección total desde todos los ángulos, una motocicleta permite que la admires sin ser irrespetuoso con ella, al contrario, su propietario se verá complacido por ello. Aquel día de octubre, en casa, hablamos de un hombre que había entrado en la tienda y le había preguntado por mí, quería conocerme personalmente; según decía conocía a mi hermana, se había comprado una moto y quería conocer a álguien supuestamente más experto para "romper la mano" y le habían hablado de mí y de mi Virago; até cabos inmediatamente, marqué el número de teléfono que le había dado y al día siguiente Toño me seguía con su Softail por las carreteras de la sierra, apenas habíamos hablado por la mañana...
-Hola, soy Toño...
-Ya, yo Javi, ¿has repostado?... ¿vamos ...?
-Oye ¿a dónde?
Sonreí y le dije:
-¿No querías rodar? Fíate de mí. ¿Me sigues detrás?
Sonrió, se bajó la visera ... y me siguió. Minutos más tarde pensé que me había portado como un auténtico maleducado, mientras bajaba una marcha observando por los retrovisores como luchaba para entrar en las curvas con la Softail totalmente recta y virgen de kilómetros.
 El almuerzo fue el momento de las presentaciones más detalladas y donde empezamos a conocernos más en profundidad, tener amig@s comunes y conocer él a casi toda mi familia facilitaba las cosas. Vivimos situaciones similares durante meses, en las que siempre le recomendaba prudencia, porque veía que iba lanzado a todo aquello que iba descubriendo día a día acelerando cada vez más, acumulando experiencias moteras y habilidad con su moto, ya me reprochaba mi lentitud con mi 535 centímetros cúbicos ante su buen conducir ... y los 1400 c.c. de su Softail; en muy poco tiempo me quedé sin nada que enseñarle, mi mundo, mis rutas, mis bares de carretera, se le quedaban pequeños, apenas transcurrió tiempo para verlo con su parche del Harley Davison Club de Castellón, y de los relatos de sus contínuas aventuras en concentraciones, fiestas, viajes, y rutas cada vez más exigentes y prestigiosas, Pingüinos, Elefantes, Faro, Inglaterra ... no había matinal, ruta o desafío que llegara a sus oídos que no experimentara con su Harley cada vez mejor equipada y completa.
 Pero a pesar de todo, siempre tenía tiempo para llamarme, y mantener nuestra amistad viva. Tengo que reconocer que comencé a rodar más a menudo desde que apareció en mi vida, y con excelentes viajes y momentos; con él pasé el mayor frío en moto que jamás he experimentado, yendo a Pingüinos en el 25 aniversario, fue uno de los mejores viajes, inolvidable sin duda, y con una plenitud que vivía contagiado por su enorme ilusión; juntos llegamos a saborear lo mejor y lo peor que el mundillo de las motos puede dar. Reímos juntos, rodamos juntos y juntos derramamos lágrimas. 
Jamás me atreveré a juzgarle, pero nunca pude seguir su ritmo, mi amor a las motos nunca fue tan grande, ni mi atrevimiento, mi espíritu de aventura no consigue alejarme de mi mundo ajeno a las motos; pero para él, la moto era su vida, era todo, trabajaba para no dejar escapar la más mínima oportunidad de rodar, entre semana iba al road-house, el viernes preparaba ya el petate. Y tengo muchas deudas con él, me llevó a conocer a muchos de los que en los últimos años he llamado amig@s y se han convertido en herman@s de ruta, de tiempo libre y de amistad fértil y sincera. Nunca pude darle más de lo que él me dió, consciente quizá, de mi menor capacidad para enamorarme y saltar al vacío, porque hay opciones en la vida que uno puede asumir o no, pero no sería justo criticar, cada cual echa a andar en la vida por el camino que quiere y puede.

 Espero que el tiempo me permita llevarte una antorcha este invierno en tierras de Castilla, tal y como la llevamos en Boecillo juntos por otro amigo común, ya no volviste a Valladolid, ... estaba demasiado cerca para tí, mientras yo seguía sintiéndote junto a mí, en la carretera y junto a las hogueras. Siempre tendré un pensamiento para el amigo que vendió su alma a las motos, el que ayudó a convencerme para comprarme una Drag Star, opinaba que era mi moto, que yo no era para una Harley Davidson, me conocía y acertaba, y sabía que podía ser mi pasaporte (como lo es) a nuevos horizontes asequibles a mi ritmo y pretensiones, y que él había ya dejado atrás.
...Algunos días son diamantes ...


sábado, 5 de marzo de 2011

Cuento de otoño ... con final feliz.

Érase una vez  una pandilla típica de los 60-70, con sus pelos largos, patillas, pantalones de campana, jerseys de cisne y parca con capucha. Había de todo, estudiantes, electricist as, hosteleros, albañiles ... pero con una afición en común: las motos. Ya en aquellos tiempos tenían su road-house (un pajar para ser sincero), donde oir a Led Zeppelin, Beatles y Celentano y demás artistas del momento, aparcar sus motos en la puerta, trasegar cerveza, y hacer la revolución; todo junto a 
sus novias, porque debéis saber amig@s, que eran tiempos en que si no querías permanecer célibe y "pasar la mano por la pared", tenías que "echarte novia".
 Pasaron los años, y la dolescencia se esfumó, los caminos se separaron, y cada cual eligió el que el destino le marcó y él eligió. Pero en 1979, casi todos se reunieron a cenar un primer sábado de septiembre, y allí acordaron celebrar esa cena y juerga posterior, todos los primeros sábados de septiembre. Y volvieron a pasar los años, y aquella reunión se celebró con puntualidad en la fecha acordada año tras año; cada año se elegían dos encargados de buscar dónde cenar, avisar al resto y "pasar el testigo". Durante este tiempo, aquella afición a las motos se fue diluyendo poco a poco, y solo tres de aquellos amigos continuaron con ella, uno se dedicó a las H.Davidson y a las clásicas, otro a las R's (cada vez con más caballos) y otro pasó de las monocilíndricas a las bicilíndricas y acabó en las cústom "japo", los chalecos y las koncentras.Los tres  continuaban echando una rodada de vez en cuando y se veían siempre con regularidad para charlar de motos. Siempre en las mencionadas cenas de septiembre tenían prohibido sacar el tema motero, al resto aquello les ponía los "dientes largos" y se deprimían por lo que pudo haber sido y no fué, mal generalizado entre aquellos que están en "el otoño de la varonil edad".
 Pero mira tú por dónde, en la cena del 2009, los "otros" sacaron el tema motero, pues con el paso de los años, ¡todos volvían a tener dos ruedas con motor!, scooters, y motos más o menos grandes y potentes, pero todos guardaban en su garaje algo con lo que rodar y mantener el equilibrio, y ante la sonrisa cómplice de los tres "mosqueteros", planearon hacer una kdd en otoño, ¡volverían a rodar juntos "casi" en pleno!, y era "casi", porque el tiempo deja vacíos y ausencias en su transcurrir, pero allí habían 15 amigos comprometid os y un otoño con carreteras que les esperaba. Poco a poco el grupo se vió reducido a seis, porque una cosa es planear y otra diferente, concretar y comprometerse de veras. Al final se organizó ruta, almuerzo y comida, y los teléfonos echaron humo. La fecha elegida por los "otros", ya que los "mosqueteros" dejaban hacer, fue el 25 de octubre ... Al concretar asistencias, se percataron de que, el de las clásicas tenía el "Salón de la motocicleta Clásica y Veterana", fecha sagrada para él, el de las R's tenía tandas en el circuito de Cheste, fecha en la que cerraba el negocio anualmente, y el customero-japo andaría con los de los chalecos por tierras de Mora de Rubielos ... ¡¡ Vaya fallo !!, ...pero con remedio, se alargó la fecha al 1 de noviembre, y así quedó comprobado que nadie tenía ya compromisos ineludibles . Todo O.k.

 Pero los seis salieron a la carretera aquel 1 de noviembre, el grupo no podía ser más heterogéneo, desde monocilíndricas de 15 Cv a Ducatis de 180 Cv, pasando por cústom de 800 y 1100 y una BSA 600 Gold Star de los 60 ... y volvieron las sensaciones casi olvidadas en tres de ellos, pararon infinidad de veces junto a la carrtera (los km's no importaban), lo pasaron como no imaginaban que lo iban a pasar, rieron hasta llorar, bromearon como solo la confianza que da la amistad de siempre, puede permitir, y los seis fueron inmensament e felices un domingo en el que el otoño casi fue verano en aquel paréntesis de octubre del 2009, en el que volvieron a ser adolescente s (casi niños), camaradas y cómplices de una aventura, que, visto lo visto, es posible que se repita...


                   Y colorín, colorado ... pues eso.

Gracias Sres. "Japos"

GRACIAS, Srs. Japos. Así, con mayusculas.
 Aunque aprendí a conducir mi primera moto en 1969 (una “enorme” y vetusta Derbi “cabeza de hormiga” 125), recuerdo los 70, comenzaron con nuestras queridas monocilíndricas, Derbi, Bultaco, Montesa, Ossa, etc; y acabaron con las flamantes Benelli, Laverda, Ducati, BSA, Norton, Morini, Guzzi, Triumph, etc. Mientras en el resto del mundo estas marcas agonizaban ante la presión demoledora del sol naciente, en nuestra tierra, el proteccioni smo aduanero de aquel régimen económico, las hacía vivir sus últimos días de gloria, los acuerdos comerciales con Europa les beneficiaba n, pues por las carreteras europeas las Yamaha RD 500, las Honda Four, las Kawa KZ y las Suzuki GS, dominaban ya sin rivales en precios, calidad, y tecnología. Francia era un país sin apenas tradición motociclística (salvo la gloriosa Motobècane y las Peugeot de pequeña cilindrada) y allí habían asentado aquellos japoneses sus factorías y redes de ventas que inundaban  ya el viejo continente.
 A partir de los 80 se acuñó el término “japo”, era un calificativ o despectivo, se decía que las “japos” no frenaban, que tenían chasis de alambre y componentes de mala calidad, ... pero cuando te enterabas de que en tal pensión u hotel de la zona había aparcada una de aquellas motos, se corría la voz y todos acudíamos a verla cuanto antes; así pasé una tarde frente al hostal Aragón de Segorbe embelesado en una Honda Japauto 1000, con un escape 4 en 1, y una interminabl e bancada de cuatro cilindros y cuatro carburadore s, que presidió mis sueños durante meses; o los paseos en Castellón para ver a diario una Yamaha 750 V que expusieron en el escaparate de Galerías Reverter en el 81, ¡quién me iba a decir a mí que conduciría una hija (mi Virago) y una nieta (la Drag) de aquella hermosura con dos cilindros en V y aspecto de chopper!
 Y finalizaban los 80 y entramos en los 90, y las Virago, Shadow, Vulcan e Intruder nos hicieron el mejor regalo que se le puede hacer a un amante del cústom: motos excelentes, y lo más importante, a precios de compra y mantenimien to asequibles al trabajador/a asalariado/a; aquella afición ya no era un capricho elitista y cerrado a los pudientes o fanáticos, aquello era una revolución que muy pocos reconocen como mérito, ... motos para tod@s, ... casi nada; con buenos chasis, frenos y componentes de calidad. Por 1ª vez, estrené una moto, el largo peregrinaje pormotos de2ª mano, que había que reparar y mejorar constanteme nte por necesidad, se había acabado, solo había que mantenerlas, revisar de vez en cuando, y ... sacarles brillo.
 Nunca he mareado la perdiz con la eterna polémica, entre “japos” y Harley Davidson & BMW o Ducati, son motos magníficas, es necio dudarlo, pero no estoy seguro si hubiera perseverado en esta afición lo suficiente para poder adquirirlas, quizá me hubiera pasado al tenis u otra afición más asequible a nivel económico. Pero llegaron las “japos” en mi auxilio, y en el auxilio de muchos asalariad@s con un producto que ya no era exclusivo ni reservado a unos pocos afortunad@s, y con calidad más que suficiente.
  Y estamos en el 2º milenio, y mira por dónde, las coreanas, taiwanesas y chinas, nos han subido a las “japos” a 1ª división a los ojos de los harlistas y BMW’s, ¡las vueltas que da la vida! Espero que mi Drag me lleve aún a muchos sitios, pero si me quedan fuerzas para llevar una moto cuando llegue la hora de cambiar (si llega), debo ser agradecido, será una “japo”..., nobleza obliga.


                              29/julio/2006 ... estrenando mi Drag Star 1100

El grupo es importante

Y escribo esto yo, un individuali sta impenitente, con demasiadas cosas que decir y demasiado pocas que escuchar. Pero con el tiempo, y haciendo un acto de fe y enmienda, voy dándome cuenta de que la gente agradece que le escuches y se siente cómoda en compañía, y la añora sobre todo cuando se siente sol@. Y reconozco antes de seguir, que este texto me lo ha inspirado otro, y que escribió Spirit en su día, un buen compañero de la moto. Son solo frases sueltas, podéis unirlas a vuestro antojo y darles el órden que os guste más, todo vale, al final, se va a parar en el mísmo lugar.

-Por error, cambié la nota de un alumno de "excelente" a uno de "bien" y viceversa. El resultado ha sido que el "bien" sigue sacando "excelente", tiene confianza en sí mísmo, se ha sentido valorado y con nuevas expectativa s; el de "excelente" se ha superado, ha creído que aflojaba y ha redoblado sus esfuerzos para recuperar una autoestima que ya tenía. ¿Conclusión? El primer paso es sentirse valorado individualm ente, la confianza permite superar los propios límites, sin ella, no es posible que un grupo progrese. Vamos a mirar en nosotr@s mism@s para empezar, antes de la crítica, la autocrítica. Si no crees en lo que eres capaz, nunca lo verás en los demás ...

-Pero esa valoración positiva del yo, es triste y pobre si se queda ahí, hay que intentar transmitirl a a nuestr@s compañer@s de viaje, en este caso al resto de la familia motera que frecuento. Yo siento que, en el ámbito de mi afición motorista, este grupo es más fuerte que mi individuali smo, es más seguro, duradero y fiable que el Estirao, el motorista solitario y libre. Y no por ser una suma de individuali dades como la mía, en el grupo se crea algo más y diferente, el "nosotr@s" tiene componentes nuevos que no tiene una suma de distintos "yo", es como la diferencia química entre mezcla y disolución.

-Y llegamos al territorio de los sueños, perdonadme, pero siempre tengo la sensación que tod@s l@s motoristas, son un@s soñador@s, y que su motocicleta sale siempre en pos de un sueño. El estar en un grupo como el mío, en mi caso cumple muchos de esos sueños de que hablo, el rodar en moto y saber que otr@s están rodando desde otros lugares para reunirse contigo, comer, beber, reventar de felicidad y plenitud, y desepedirse para volver a lo inevitable y cotidiano, sabiendo que más pronto o más tarde se hará lo posible para repetir ... Poner los medios para que tu sueño viva, confiando en tu amig@, arrimando el hombro para seguir construyend o el grupo, porque será él el que con la participación del "nosotros" consiga más que las posibilidad es del "yo"

Pues sí compañer@s, estoy convencido de que además del día a día del grupo, las kdd's, etc. Hemos de tener un sueño en nuestro interior y comunicarlo sin necesidad de palabras, escritas o habladas, esa comunicación que da la amistad, y que es tan difícil explicar, tan difícil como los sueños, que se pueden escuchar pero no entender sin sentirlos. Mi grupo, mi sueño, es grande; tan grande como para no perderlo de vista mientras lo sigo persiguiend o. (Frase inspirada en una de W.Faulkner)

viernes, 4 de marzo de 2011

Amanecer ...

Aquella mañana me desperté mucho antes de lo que debiera, apenas había dormido cuatro horas y me encontraba con los ojos abiertos y escuchando el ronroneo de las motos, las voces, siempre animadas, del que se prepara para el viaje de vuelta, y el sonido, más lejano, de los coches que transitaban junto al camping. No es normal, o no debería serlo, pero las noches de juerga acaban por desvelarme y quitar horas de sueño, no descanso bien, y después del primer tirón de derrota total, ya no consigo volverme a dormir.
Giro la cabeza hacia mi izquierda, mi chica duerme hecha un ovillo a medio metro escaso de mí; ella tampoco descansa, igualmente las juergas le impiden dormir profundamen te, siempre es así, y extraña todo lo que no sea nuestra cama. Abre los ojos, me mira, y pregunta...
-¿Han llamado los hijos ...?
Antes de que abriera la boca, sabía la pregunta, una madre es una madre, nunca hay otra prioridad por delante de la de los suyos. Hablamos bajito:
-... ¿Cuándo saldremos?
-... No sé, cuando quieras. ¿Has descansado?
-... ya sabes que no ... Nos hacemos viejos Javier, ya no aprovechamo s ni para reponernos después de una noche de marcha, (sonríe y da media vuelta). Oye, ¿ese que se oye hablar afuera es Luís...?
-Sí, siempre está de “imaginaria” a primera hora, impecable y dando cobertura a todo el que aparece, ¡menudas habilidades sociales!, ya quisiera yo.. ¿verdad?
-Es que siempre tienes cosas que contar, has ido aprendiendo a escuchar, con los años, lo reconozco, pero no estoy segura si es porque maduras, o porque te vas agotando y te falta gasolina... (suspiro profundo... de ambos)
-¡Es que siempre aprovechas la jugada! No cambias con los años.
-Cierto, debí mandarte, a ti y aquella moto de desguace al cuerno en 7º de EGB ... (se gira otra vez para ocultar otra sonrisa, esta vez mayor, pero se la adivino, y no insisto, en la pareja, a veces, mejor dar un rodeo que arremeter contra los molinos)
-¿Y la próxima movida...? ¿para cuándo?
-Los de Alicante preparan una en Benidorm para el 13 de marzo, ... y sale muy bien. ¿Podrás negociar en el curro?
-No sé, la jefa ya se empieza a mosquear con las tardes de sábado; cualquier día me manda al paro. No te prometo nada, pero lo intentaré,... ya veremos como anda de humor. Escucha, esa que sale es Rosa, ¿verdad? Vamos, ¡levántate! Te doy de plazo mientras me ducho, y a ver si te enrollas y haces el equipaje tú, por una vez. ¡qué calor he pasado esta noche! ... parece mentira para Esme y Joaquín lo frioleros que son... han puesto la calefacción "a tope" ... ¡Menudos moteros somos...!
Oigo a Rosa en el exterior:
-Buenos días.
-Buenos días, ... se está nublando ¿verdad? (la eterna preocupación del/la moter@)
Me levanto y el ático del bungalow empieza a dar vueltas hasta ... hasta que se para y se equilibra, ya estamos. Venga tío, céntrate, que hay que volver y conducir, me digo a mí mísmo. Y suena la alarma del móbil, la aterciopelada voz de Norah Jones ... Sunrise ...

Descansando o sin descansar ... ¡Me encantan estos amaneceres!

(Todos los nombres y personajes son puramente ficticios, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia
)